Hay quienes dicen que soy un ser de luz que al llegar a un mundo lo transformo todo en color, hay otros que opinan que nadie puede manipular lo intangible...
Yo vivo por los que creen, crean en mi o no.
P R I S M A
Fue justo el instante en que mis ojos se abrieron al mundo esperando una sonrisa, fue cuestión de segundos notar vidas destruidas e incomparable oscuridad, sentí por primera vez el deseo de cambiar absolutamente todo y explorar hasta el más lejano y el más pequeño rincón de aquél mundo.
No era común recibir visitas, no era normal brindar alegría, pero había llegado y estaba justo allí, observando como yo, podría ser quien modificara el rumbo definitivo en la existencia de un planeta, me pregunté si había sido enviado al lugar correcto o si tal vez había desviado un poco mi destino, pero ya sin importarme la causa, sabía que realmente debía estar ahí.
Al pasar por cada parte de aquél oscuro lugar sentí las miradas curiosas y esperanzadoras de los más pequeños seres que habitaban ahí, se me acercaban a hacer preguntas y contarme historias con las que me hacían sonreír.
Al ver sus rostros noté que no todo estaba perdido, que posiblemente valía la pena realizar mi misión. Les conté que había llegado para salvarlos de lo oscuro y del olvido, decían escépticos que aquello era imposible, que su oscuridad era infinita y que las desdichas de su mundo también.
Aquél momento me bastó para comenzar a transformar todo alrededor, mares de agua negra se llenaron de mi azul, montes desiertos y suelos muertos renacieron y se fundieron en color, el cielo y la tierra juntos agradecían ante el nuevo sol, la belleza de mi esencia que les pude compartir.
Aquellos seres que habitaban ese mundo desolado y que de noche siempre estaba, hoy sonríen felizmente ante cada amanecer, me recuerdan cada instante y no me quieren dejar ir, lo que pasa es que no saben que de ahí yo ya me fui.